Entrevista a Juanma Criado un ejidense que ha participado en el desarrollo de la agricultura intensiva bajo plástico, precisamente desde los plásticos y mallas. En sus 18 años de experiencia ha participado, con su empresa, Criado y López, en los grandes avances que han permitido la sostenibilidad y crecimiento del sector.
Cuando hablamos de modelo Almería solemos identificar y limitar el concepto a la producción de hortalizas y a su comercialización. Hablamos de una forma de trabajar, de sacrificio, austeridad, imaginación e ingenio. De hombres y mujeres que convirtieron un desierto de pencas y esparto, carente de tierra fértil y agua, en la mayor huerta del planeta bajo plástico.
“Recuerdo llenar el maletero de muestras y tirar millas por las carreteras de entonces e ir parando por todos los almacenes de insumos agrícolas de casi toda España…”
En poco más de 50 años se pueden ver hortalizas de Almería en los lineales de cualquier supermercado del mundo sin que nos extrañe en absoluto. Sin embargo, algunas veces no reparamos en que, paralelamente a la agricultura, también se ha desarrollado una industria auxiliar que ha crecido con el mismo modelo. A muchos les sorprendería saber que, por citar algún ejemplo, la gran mayoría de mantones para la recogida de la aceituna o mallas protectoras de obra que vemos por el mundo, también han sido fabricados en El Ejido. La industria auxiliar almeriense está también presente en los cinco continentes y es considerada un ejemplo a imitar por su adaptación y crecimiento.
Uno de los actores de esta superproducción nacional es Juanma Criado. Un ejidense de 38 años de edad que hace la friolera de 18 años se embarcó en una de estas empresas familiares que comenzaban a trabajar con los primeros agricultores de invernadero. Criado y López S.L, hoy, es un gigante mundial en el sector de los geotextiles.
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